martes, 5 de septiembre de 2017

Padre Quevedo: El cura parapsicólogo

                                       


              Padre Quevedo: El cura parapsicólogo


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El padre Oscar Gonzalez Quevedo, Sacerdote jesuita nacido en España y radicado en San Pablo, Brasil, desde hace más de 30 años. Allí fundó en 1970 el Centro Latino-Americano de Parapsicología (CLAP). Es Licenciado en Psicología y Filosofía, y Doctor en Teología. Ha escrito numerosos libros sobre parapsicología, disciplina que según él está indisolublemente ligada a la religión, porque estudia sus fundamentos fácticos.

La ciencia purifica y confirma la fe El título expresa la tesis central de toda la obra del P. Quevedo. La ciencia purifica la fe porque nos libera de creencias supersticiosas y de interpretaciones erróneas a menudo adheridas a la verdadera fe con respecto a la presunta actividad de entidades sobrenaturales en nuestro mundo. Y la ciencia confirma la fe porque establece con certeza el carácter auténticamente sobrenatural de los hechos que confirman la verdadera Revelación. Como se ve, la cuestión gira en torno al estudio de hechos extraordinarios o asombrosos cuya interpretación, hasta no hace mucho tiempo, era monopolio casi exclusivo de las religiones. Y como era de esperar la interpretación de hechos similares era distinta porque las creencias religiosas son distintas. 
Pero ¿cuál es la ciencia que se ocupa de la enorme tarea de constatar la existencia de los supuestos fenómenos sobrenaturales y de determinar si su causa es o no realmente extramundana? Para el P. Quevedo no hay dudas: ese es el cometido de la Parapsicología. 
Para el desarrollo de estas ideas creo necesario exponer las principales tesis parapsicológicas del P. Quevedo. 

Etimológicamente parapsicología significa al margen -o al lado- de la psicología. Hay científicos que entienden de un modo restringido a esta ciencia y sólo se dedican a estudiar los fenómenos que se producen al margen de la psicología ordinaria y normal de las personas(telepatía, precognición, telequinesis, etc.). Pero con un criterio más amplio, y conforme al espíritu que dio origen a la moderna investigación, el Padre Quevedo propone la siguiente la definición: La Parapsicología es la ciencia que tiene por objeto la comprobación y análisis de los fenómenos a primera vista inexplicables, pero que posiblemente son resultado de facultades humanas. Es decir, en primer lugar se debe comprobar la existencia y autenticidad de los fenómenos (que no se trate de simples trucos, fraudes o engaños, que lamentablemente abundan en la historia de la investigación), y en segundo lugar proceder al análisis y buscar una explicación para los mismos. Dijimos en la definición que estos hechos pueden ser resultado de facultades humanas, esto no significa que esta sea siempre la interpretación obligatoria, pero es una primera hipótesis de investigación, pues en medio de tales fenómenos siempre se encuentra algún hombre, al menos como testigo.

El P. Quevedo insiste en que nos les corresponde a las religiones, a partir de sus propias doctrinas presuntamente reveladas, explicar los hechos que suceden en nuestro mundo, aunque sean extraordinarios. Determinar si un fenómenos es debido o no a una causa ajena a nuestro mundo corresponde a la ciencia, y más precisamente a la parapsicología. Quevedo se dedicó en sus primeras obras a explicar los fenómenos descubiertos por la parapsicología que, aunque infrecuentes, misteriosos, y a menudo interpretados como milagrosos, son totalmente naturales. Esta parte de su obra tiene un gran contenido desmitificador, pues precisamente innumerable cantidad de creencias y supersticiones se basan en una interpretación sobrenaturalista de fenómenos que a lo sumo son parapsicológicos, es decir, naturales (no explicar sobrenaturalmente lo que se puede explicar naturalmente).

Todas las facultades parapsicológicas son inconscientes. Cuando hablamos del 'inconsciente' simplemente queremos referirnos a aquella parte de nuestro psiquismo cuya actividad, contenidos, etc., en general no percibimos, y que, sin embargo, es de una enorme riqueza según la ciencia actual. Dejamos deliberadamente de lado las diversas clasificaciones que distinguen entre preconsciente o subconsciente e inconsciente; a todo lo que no sea consciente lo denominaremos, para simplificar, inconsciente. De igual modo, no se trata de adherir a una escuela psicológica en particular para la interpretación de la naturaleza del inconsciente; nos limitamos a señalar su existencia y algunas de sus extraordinarias capacidades. Podemos dividir los fenómenos parapsicológicos en tres grandes grupos: de conocimiento, físicos u objetivos y mixtos o psicofísicos. 

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