Definición de Oráculo
El oráculo es una figura o un espacio al cual los hombres de la Antigüedad (sobre todo, los de Grecia) asistían para recibir respuestas, guías y consejos sobre lo que la vida les deparaba. En este sentido, el oráculo no era lo mismo que cualquier mortal ya que ofrecía consejos y sugestiones que eran o proféticas o que eran enviadas por los mismos dioses del Olimpo a los seres humanos. El oráculo puede ser relacionado en algunos casos con los ejemplos de adivinación y de horóscopos actuales en los cuales las personas se entregan a supuestos especialistas para que les digan cómo actuar ante determinadas situaciones.
En la Grecia Antigua, uno de los oráculos más importantes fue el de Delfos. Este oráculo era visitado por ingentes cantidades de personas que sólo podían concurrir a él el séptimo día de cada mes al relacionarse este número con el dios del oráculo: Apolo. En él, una mujer experta en la adivinación de los dioses era conocida como pitonisa y era la responsable de transmitir el mensaje divino a los dioses. Para hacerlo, podía realizar diferentes ritos que la hacían entrar en estado de éxtasis.
Sin embargo, Grecia no era la única civilización que practicaba la costumbre de consultar al oráculo: también encontramos este fenómeno entre los egipcios, los hebreos, los fenicios y los romanos, entre otros. Con el surgimiento de la religión Cristiana, estas prácticas fueron consideradas paganas y lentamente perdieron importancia.
Los oráculos estaban por lo general aislados de los cascos urbanos ya que se consideraban altares y templos divinos, por lo cual no podían estar en el medio de las viviendas y negocios de un pueblo. Además, esta ubicación, en las laderas de las montañas o en espacios abiertos era considerada superior para establecer contacto con los dioses y además alejarse de los quehaceres de la vida cotidiana.
En la Grecia Antigua, uno de los oráculos más importantes fue el de Delfos. Este oráculo era visitado por ingentes cantidades de personas que sólo podían concurrir a él el séptimo día de cada mes al relacionarse este número con el dios del oráculo: Apolo. En él, una mujer experta en la adivinación de los dioses era conocida como pitonisa y era la responsable de transmitir el mensaje divino a los dioses. Para hacerlo, podía realizar diferentes ritos que la hacían entrar en estado de éxtasis.
Sin embargo, Grecia no era la única civilización que practicaba la costumbre de consultar al oráculo: también encontramos este fenómeno entre los egipcios, los hebreos, los fenicios y los romanos, entre otros. Con el surgimiento de la religión Cristiana, estas prácticas fueron consideradas paganas y lentamente perdieron importancia.
Los oráculos estaban por lo general aislados de los cascos urbanos ya que se consideraban altares y templos divinos, por lo cual no podían estar en el medio de las viviendas y negocios de un pueblo. Además, esta ubicación, en las laderas de las montañas o en espacios abiertos era considerada superior para establecer contacto con los dioses y además alejarse de los quehaceres de la vida cotidiana.